“en la mañana de camino al paradero que esta a 5 cuadras de mi divise a lo lejos unos pies, luego me percate que había un hombre sentado en una esquina, algunas personas pasaban al lado de el y no lo miraban, al acercarme a el vi un hombre de 35 años, decente, llorando como un niño desconsolado, enseguida le ofrecí si podia ayudarlo con algo pero con gestos me hizo saber que no, así que segui caminando al paradero, pero después de un minuto mi cuerpo estaba paralizado, no llegue hasta el paradero y me quede pensando en el hombre.
este fin de semana participe en un taller de NEUROFELICIDAD, un taller que cambio mi energia, disposicion y en consecuencia justifico una gran felicidad en MI, por lo que me senti con las herramientas para poder devolverme y intentar ayudarlo, andaba con un folleto de con los datos de mi NEURO FACILITADORA, entonces di media vuelta y me acerque a el.
pidiendo las disculpas pertinente en caso de que para el fuera una falta de respeto ofrecerle ayuda le comenze a hablar un poco de las cosas que ocurren en nuestra mente y en nuestro cuerpo, y le ofrecí escucharlo para poder ser un soporte.
estuve una hora con el, la universidad paso a segundo plano, me conto sus dramas amorosos,no fue a su trabajo por su dolor, me conto los hechos puntuales de la relación, me mostro hasta su chat de Whatsapp, y yo lo aconseje con sensatez, con estos nuevos conocimientos, lo ayude primero a desahogarse y luego a que volviera a la calma. le hice saber que la felicidad es algo que uno debe saber encontrar en si, pero que este conocimiento realmente lo entenderia estudiando sobre el cerebro y sobre las emociones. le hice saber que no deberia estar sufriendo asi, que merecia ser feliz, y que si su pareja tenia problemas personales que influían en su relación con tanto daño, era necesario que el entendiera que este problema no era de el, y a partir de eso que el evaluara si de verdad la ama ayudarla o darse cuenta que esta no era la mujer de su vida.
Finalmente antes de retirarme le pregunte si le podia dar un ABRAZO, y acepto. mientras lo abrace lloro como nunca y mientras manteníamos este vinculo, le dije que no estaba solo, que hay gente dispuesta a ayudar, y hay mucho conocimiento que lo puede ayudar a entenderse a el mismo, a su pareja y tantas otras cosas, le recorde que buscara la felicidad en el, que reordenara su cerebro al punto de entender la felicidad y conseguirla sin depender de los demás, ni de grandes cosas.
le dije que merecia ser feliz, y que si lograba entender eso, iva a cambia su energia, y vibraria de tal forma que seria un polo de atracción para cosas alegres en su vida.
le dije que su vida no era una desgracia, que era hermosa y que si pensamos tranquilamente y nos ponemos a sacar cuentas la vida siempre vale la pena”
…esta maravillosa vivencia, es de..Sebastian…un joven de apenas 22 años,después de haber participado en el taller de Neurofelicidad…